martes, 19 de febrero de 2008

Desde la red sanducera

PARA MARCELO ESTEFANELL


Rubens: comparto con Rosencof lo que dice del libro de Estefanell ya que me paso lo mismo, pero no puedo comparar las palabras del escritor que fue su colega al pasar los mismos años de experiencias trágicas en los cuarteles...

Como amigo del Inolvidable Carlos (su tío), con el cual compartimos las pensiones en Montevideo, pensé todo el tiempo en esa familia que a dado dos escritores de gran calidad (leí tambien su tratado sobre el Quijote: “Don Quijote a la Cancha”).

Asi que me pasás los saludos a Marcelo, otro sanducero que tiene gran calidad en describir los difíciles años que dio unas cuantas víctimas de la Heroica
Gracias nuevamente con el tema de nuestra escuela que sigo con mucho interés

Un gran abrazo.
Dr. Jaime Sznajder

jueves, 7 de febrero de 2008

Reseña de Carlos Reyes

Los Claros y los oscuros de la vida entre rejas

"El hombre numerado", de Marcelo Estefanell

(El País - Uruguay - 21/04/2007 05:00:19)

A primera vista, el humor y la vida carcelaria parecen incompatibles. No obstante, Marcelo Estefanell (Paysandú, 1950) logra conjugarlos para contar en primera persona los avatares de su vida en prisión desde 1972 a 1985.

Narrado en un tono nada solemne, el libro se compone de relatos independientes, que en un estilo ágil y sin vueltas recorren todos los momentos, desde los más terribles hasta los otros, vinculados a veces a hechos pequeños pero significativos, como la autorización a tomar mate, "la primera buena noticia que recibí" en prisión, como él recuerda.

Otras veces el autor cuenta anécdotas insólitas, cita versos profundos, escribe muy breves párrafos sueltos o medita sobre la soledad y la necesidad de afectos, dando a sus escritos un tono más meditativo que invita a la reflexión. Porque más allá de la vida entre rejas, la publicación expresa unas enormes ganas de vivir y un hondo sentido de la existencia.

El escritor, que luego de más de una década en prisión retomó sus estudios universitarios, especializándose en redes informáticas y comunicaciones, ocupó también sus largas horas de reclusión en la lectura de unos 1600 títulos, entre ellos El Quijote, del que llegó a convertirse en un erudito. Fue producto de esa pasión cervantina que concretó sus primeros libros, Don Quijote en la cancha (2003) y El retorno de Don Quijote, obra premiada con el Bartolomé Hidalgo en 2005.

En ellos dejaba volar su imaginación para entablar un diálogo mano a mano con Cervantes y su mayor creación, en una amena conjunción de diversión y humanismo. Con El hombre numerado Estefanell se ubica en una dirección diferente, aunque conservando su buena prosa, su sentido del humor y sus ganas de pensar junto al lector. También recupera en este nuevo libro el valor de cada ser humano en su individualidad, algo que está presente en el Quijote y en las obras que Estefanell le dedicó a él