EN LA FOTO de solapa se ve un hombre calvo, barbudo, canoso, de lentes. Con sonrisa anchísima. Y no es para menos: festeja su mayoría de edad como hombre libre, tras ser preso político de 1972 al 1985
(…). Estas crónicas de la vida de Estefanell en el Penal de Libertad están impregnadas, hasta las más duras, de esa alegría de la libertad. Sin tratar de pasar ex guerrillero por león vegetariano, trasmiten una honda paz. (…) el odio no se asoma al libro (despreciar la traición o la crueldad no es lo mismo que odiar). (…) Elige, con acierto, contar la vida en el penal y no la tortura. Lejos de contribuir al olvido de tal crimen, al mostrarlo al sesgo, por las consecuencias físicas y psíquicas en sus compañeros, a quienes mira con tierna y viril fraternidad, lo condena de modo lapidario. El autor cuenta sólo lo que vivió o presenció directamente, lo que le da al libro un tono de rigor y veracidad. La prosa de Estefanell es clara y amena, funcional a lo que refiere. La emoción está presente siempre, pero sin desborde y con no pocos toques de humor inteligente, sin acidez.
(…) Este nuevo libro, escrito por quien tantos ha leído, es un acto de fe en la vida, la libertad y la palabra.
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