(…) La risa y la sorna aparecen muchas veces como válvulas de escape a la situación carcelaria. Y se describen las luchas ideológicas internas que eran otra forma de tolerarla.
Aunque el humor recorre el libro, hay espacio también para episodios dramáticos o tristes. Sin embargo las situaciones más dolorosas son transmitidas de manera indirecta y sin recurrir al golpe bajo, se alude a la tortura, por ejemplo, sin regodearse en su descripción: “Se hizo un silencio sólido y espeso, tan contundente como un hachazo, fuente a su vez de malos recuerdos porque cada vez que se llevaban a algún compañero nuevamente a la tortura, la cárcel parecía refugiarse en un mutismo pétreo, incómodo y tenso”. (…)
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